viernes, 19 de octubre de 2012

Película “El Manantial”.


Me gusta la fluidez narrativa con la que expone inesperados giros en la historia, ciertas frases contundentes y la evolución de los personajes a lo largo de la película. Sin duda el guión es el punto fuerte, así como los dos actores- estrella. Un Gary Cooper tremendamente carismático que prácticamente eclipsa la belleza y carácter del personaje de Patricia Neal. Supongo que es un papel hecho a medida para él pero ¿y qué? Lo borda, transmite la calidad del mensaje original que, por cierto, es creado por quien sería después la guionista de la película, la filósofa rusa Ayn Rand.

La película tiene su punto americano, ¿cómo no? Me refiero a cómo termina la historia, a la ética de los personajes, al uso de la historia de amor, sin duda también al retrato social de la época pero el heroísmo del protagonista y sus reflexiones inundan la película dotándola de emoción y de ternura. A mí me ha cautivado. Es una de las películas de 2012 que más me ha gustado (y eso que he visto una buena selección de la que os hablaré un día de estos).  

Ambientación temática: la arquitectura.

Tema de fondo: la honestidad en la lucha por hacer realidad los propios sueños (profesionales y personales). Eso sí, una honestidad entendida a la manera de Ayn Rand: acentuando la primacía del individuo frente a la colectividad y la importancia del desarrollo personal. Vamos que, haciendo un guiño al tema, yo destacaría el aspecto de la "construcción" de uno mismo, de la propia trayectoria; construir tu sitio comprendiendo que ese "espacio" es mucho más sólido y "nutritivo" que el que proporciona el caprichoso reconocimiento social.

Director: King Vidor.
Actores protagonistas: Gary Cooper, Patricia Neal.
Año: 1949

Y encima la podéis ver pulsando aquí http://www.youtube.com/watch?v=YLIavL8HbpI (Así de fácil. Lo que ha cambiado el mundo, Facundo...)




1 comentario:

  1. Fíjate que en mi muy modesta opinión esta película es, entre otra muchas por supuesto, paradigma de la filosofía de vida imperante en nuestros tiempos, esa especie glorificación del individualismo radical, casi autista, que se eleva a la categoría de fuente -o ya puestos de manantial - de todos los valores, y que deriva en sus manifestaciones más extremas en planteamientos reaccionarios e insolidarias que te cagas. Como en el caso de Rand, o en el del Stirner de "El único y su propiedad", que es ya el paroxismo y casila reducción al absurdo de esta concepción. Y eso sin dejar de reconocer la necesidad de metas y aspiraciones individuales, pero vamos, todo en su justa medida, digo yo...

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