lunes, 28 de mayo de 2012

Suerte


Saber darse cuenta de las cosas buenas de la vida, aun en medio de las dificultades, es una suerte de privilegio al que debemos abrazarnos. Esa mirada "afortunada" es la que encuentra un trébol de cuatro hojas en mitad del campo. 





Y a tenor de esto: ¿tiene sentido buscar lo que ya se tiene...?

viernes, 11 de mayo de 2012

Silencios

Es sabido que a veces los silencios dicen más que las palabras. Al menos se dice, aunque no sé si todo el mundo ha experimentado la sensación se sentir, en el silencio, mayor proximidad con alguien que intercambiando tantas palabras.
No sólo estoy hablando, por lo menos no en este caso, de los silencios con alguien con quien compartes tu vida, con alguien a quien tienes cerca… véanse los silencios de los enamorados, acompañados de caricias, gestos, miradas.
No hablo de esos silencios, ni tampoco de cuando un ser querido acaba de partir pero sabes que tarde o temprano regresará. Tanto si ha ido al bar de la esquina, como si ha cogido un avión, esos silencios están marcados por lapsos de temporalidad limitada y permiten a la otra persona encontrarse en una rutina más o menos duradera en la que, entre otros factores,  la confianza, pueden hacer de ese lapso un silencio más o menos llevadero.
Yo me refiero a los silencios de las distancias y los tiempos indefinidos. De las parejas rotas, y en general, de las personas que ya no están (y que tenemos presentes). Sería ridículo medir el grado de sufrimiento por la pérdida. Nunca se haría suficiente “justicia”. Sin embargo, a lo que voy es a que si uno se para a escuchar después de haber expurgado las lágrimas y tras haber sufrido diferentes fases o tipos de dolor… Si uno, calmado, se detiene, puede sentir a su alrededor que la otra persona si no le habla, le escucha. Como escuchar el murmullo de un río que corre pero no puedes ver o como intuirlo desde los sonidos y gestos del resto del paisaje. Puedes sentir que no estás solo, y a pesar de esas distancias que la propia rutina de la vida fuerza a construir, empiezas a tomar conciencia de que son sólo espacios, vacíos que ha tocado vivir, pero que no son eternos. No lo son porque precisamente esos vacíos se llenan de un silencio que adquiere significado. ¿El del recuerdo, el de la presencia, el de la identidad compartida, el de las emociones vividas, el de la comprensión profunda, el de una comunicación latente y acaso tal vez presente? Yo no quiero hacer eso tan feo que llaman “dulcificar”. Yo simplemente hablo de que, a pesar de las rupturas que, como uno más, he sufrido, nunca he dejado ni dejo de sentir continuidad. De sentir que mi persona se “ensancha” con las demás personas que he conocido. ¿Qué palabra debo utilizar? ¿Experiencias vividas, memoria presente, comunicación? Sé que no soy la única a la que le sucede. Y sé, que además, es bueno, lo sé quizá porque lo siento. Por eso lo quiero contar. 
(Escrito el 26/02/12)